El objetivo de la investigación en el ámbito educativo es explorar, describir y comprender la compleja realidad escolar, así como indagar en sus características y funcionamiento, analizando la interrelación entre sus componentes y el entorno. La investigación educativa debe estar conectada con la práctica diaria en las instituciones escolares y, al mismo tiempo, ha de profundizar en la relación entre la didáctica y el resto de saberes implicados en las prácticas pedagógicas. Igualmente debe ocuparse de las dimensiones afectivas y cognitivas, y del conjunto de conocimientos disponibles en las diversas culturas. Para conseguir estos objetivos es fundamental formar profesionales capaces de reflexionar de manera sistemática sobre sus prácticas y a partir de ello, mejorarlas. Los modelos de enseñanza-aprendizaje basados en la investigación facilitan este proceso, que ha de ser de carácter heurístico, inductivo y cooperativo, promoviendo una simbiosis en el interior de las comunidades educativas. Todo ello permite una aproximación a los aspectos más relevantes y contemporáneos de las ciencias de la educación en su evolución y contingencias actuales.