—Hasta la vuelta, Habiba –le decía.
—In sha´a Allah (Si Dios quiere) –contestaba ella.
Una niña describe su vida cotidiana a principios de los años 70 en una ciudad, Casablanca, donde conviven cristianos, hebreos y musulmanes. Marruecos es ya entonces un país independiente, cuyo monarca ejerce un poder absoluto, pero sigue bajo la influencia cultural francesa heredada de la época del protectorado. Comienza a ser consciente de algunos problemas sociales como el trabajo infantil, la prostitución, y cómo ciertos acontecimientos políticos marcan nuestra existencia. Carmen, su abuela materna, que llegó desde Andalucía a principios del siglo XX, le transmite sus principios, la importancia de la familia, el valor de la amistad, el respeto a las personas de cultura diferente. Es su fuente de información para saberlo que desea sobre la historia familiar, ya que le relata su propia vida y lo acaecido hasta que sus padres se conocen. pero no todo le es contado a la pequeña, como ella misma descubre al desencadenarse determinados hechos que harán que sus vidas den un cambio brusco.